06-05-10- EL G400+ ANTE LA CUBANIZACIÓN DE VENEZUELA

EL G400+ ANTE LA CUBANIZACIÓN DE VENEZUELA

La masiva presencia de funcionarios del gobierno de cubano en Venezuela es algo que los venezolanos hemos venido observando con estupor. Ocupan posiciones en el área educativa, en salud y en deportes, así como en el control de sistemas de información claves como el de la identificación nacional y, los de las notarías y registros públicos. Y más recientemente en áreas estratégicas como la de energía, en especial la eléctrica, donde también están desplazando al personal venezolano. Se estima que hay al menos 60.000 funcionarios castristas en Venezuela.

Estos funcionarios están también insertos en sitios claves de la Fuerza Armada venezolana, como el de inteligencia, lo que recientemente fue confirmado por el general (r) Antonio Rivero quien ejercía hasta hace pocos meses la jefatura del Estado Mayor de la V División. Este General señalo enfáticamente que no sólo esta presencia va «más allá de lo permitido», sino que está afectando seriamente la seguridad del estado venezolano. Para el General Fernando Ochoa Antich, ex-ministro de defensa, esto configura “un delito militar, que es el de traición a la patria».

El contubernio de Chávez con los Castro representa una tabla de salvación para la isla. Venezuela entrega unos 100.000 barriles diarios de petróleo a cambio de la presencia de estos agentes en Venezuela, además de las ayudas y “prestamos” que se dan a la isla en cómodas y olvidadizas cuotas.

La fuga de médicos cubanos de Venezuela ha puesto en evidencia una forma contemporánea de esclavismo que practica el régimen castrista. Es el gobierno cubano quien cobra por estos servicios y apenas le da para el sustento a sus agentes médicos, mostrando como el gobierno cubano es el dueño de esa fuerza de trabajo. Es la explotación del hombre por el estado. Sin embargo ningún gobierno se ha inmutado frente a esta realidad.

La insistencia de que podría haber una mayor integración entre ambos países en una especie de “Venecuba”, pues como dijo Raúl Castro “somos lo mismo”, se vuelve más preocupante cuando el tema de seguridad está envuelto. Pero no se trata sólo que la seguridad de Venezuela está comprometida, sino que la seguridad continental lo está también. No son sólo asesorías, sino que los militares cubanos «mandan y obligan» a los criollos, según dijo Rivero. El peligro de esta “fusión” se potencia con la compra de cerca de US$ 10 millardos en armamento ruso, armamento que conocen bien los cubanos, en una relación en que los problemas de interoperacionalidad y procedimientos entre ambos ejércitos se hacen mínimos. Es como si fuera un solo ejército.

Pocos gobiernos en la región se han pronunciado al respecto, como si este fuera un problema interno de Venezuela, que lo es. Pero el control que pueden ejercer los Castro sobre Venezuela y su Fuerza Armada debería inquietarlos. Aquellos que objetan la presencia de norteamericanos en bases colombianas deberían estar preocupados por la presencia de funcionarios cubanos en el ejército venezolano porque los términos y condiciones de esa presencia se mantiene en secreto, pues no se conoce el acuerdo bilateral que establece las condiciones de esa “cooperación”.

Los venezolanos no queremos entrar en guerra con ningún país, pero no sabemos hasta donde están dispuestos a llegar Chávez y los Castro para defender una revolución que está en franco deterioro. Tampoco sabemos hasta donde está dispuesto a llegar Chávez, en cuando a facilitar el territorio nacional para dar acogida a grupos guerrilleros como han señalado diversas fuentes oficiales y periodísticas en el caso de las FARC colombianas, o la ETA o incluso la Guardia Revolucionaria Iraní.

Muchos gobiernos se han congraciado con el gobierno bolivariano por el petróleo y los petrodólares, en una aproximación pragmática centrada en los beneficios económicos. Pero no deberían perder de vista que lo que está en juego no es sólo la democracia en Venezuela sino la paz y la seguridad regional, sino incluso su propio beneficio a mediano plazo.

El G400+ advierte a la comunidad y a la opinión pública internacional que la “invasión”, ahora pacífica, de los Castros a Venezuela, no es sólo una cabeza de playa para las aspiraciones que comparten con Chávez de expandir la revolución neo-comunista en el continente, sino que deben evaluar la implicaciones que para la paz regional tiene la presencia castrista en un ejército que se está armando masivamente.

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