“Encuentro con el Dr. Diego Arria”


Este próximo 5 de Julio se cumplen 199 años de la Declaración de Independencia deVenezuela, fecha que marcó el inicio de la gesta emancipadora venezolana, basada en los valores de la igualdad de los individuos, la abolición de la censura y la libertad de expresión, en tal motivo las organizaciones adheridas a la Campaña Internacional “Juzgar a Chávez” y la Federación de Organizaciones Venezolanas en el Exterior (FOVEX), tienen el agrado de invitar a todos los venezolanos y hermanos latinoamericanos a un “Encuentro con el Dr. Diego Arria”, El ex embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien disertará sobre : La grave situación que atraviesa el pueblo venezolano y las constantes Violaciones de los Derechos Humanos de sus ciudadanos.

Esta iniciativa es promovida también por el Grupo Editorial El Venezolano,
El Encuentro con el Dr. Diego Arria, tendrá lugar:
Día: Jueves 1 de julio
Hora: 6:00 pm
Lugar: University of Miami’ Koubek Memorial Center
Salón: Botifol Auditórium
Dirección: 2705 S. W. Third Street, Miami, FL., 33135

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Esta entrada fue publicada en Derechos humanos en Venezuela, Dictador Comunista, Expropiacion de La Carolina, Finca Los Azahares, Hugo Chavez Frias, La Carolina, Medios de comunicación de otras partes del mundo, Medios de comunicación de Venezuela, Medios de comunicación USA / Canada. Guarda el enlace permanente.

4 respuestas a “Encuentro con el Dr. Diego Arria”

  1. Profesor del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería, Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad de Los Andes en Mérida, tremendo orgullo !!!!!!!

    ——————————————————————————–

    DEL PROF. EDUARDO JAUREGUI A IRIS VARELA

    Carta Abierta a la «diputada» Iris Varela

    He visto con asombro su
    propuesta ante la Asamblea Nacional, para quitarle la
    nacionalidad a un grupo de venezolanos nacidos en otras
    tierras y que no están de acuerdo con el régimen actual.

    Pues bien déjeme echarle mi cuento:
    El 19 de agosto de 1954, desembarqué junto con mis
    padres y 6 hermanos del Américo Vespuccio, barco en el cual
    zarpamos 12 días antes desde el puerto de Barcelona,
    España, país donde nací y que conste sin mi permiso ni
    autorización, pues como Ud. debería saber, nadie escoge ni
    el sitio, ni la fecha ni el hogar de su nacimiento . Pero
    sepa que me siento muy orgulloso de mis raíces, de mis antepasados, todos,
    gente honesta, trabajadora, con arraigados principios
    morales y honorables.

    A los dos días de llegar a Venezuela, continuamos el viaje
    hacia la isla de Margarita, donde mi padre había
    conseguido trabajo. En Porlamar, transcurrieron mis años de
    infancia, allí, bajo la dictadura de Pérez Jiménez,
    terminé la primaria y comencé el bachillerato, aprendí a tocar cuatro, a
    comer empanadas de queso y cazón, pastel de chucho,
    carite, arepas y casabe, conocí el Retablo de las Maravillas,
    el béisbol, Conticinio y Dama Antañona, el galerón y la
    geografía e historia de mi nueva patria.

    Conocí un pedacito del país y también supe lo que era
    una dictadura. Para el año 1958, cuando me imagino que
    hablaba con acento margariteño trasladaron a mi padre a la
    ciudad de Mérida, en el viaje venía otro miembro de la
    familia, mi hermano menor nacido en Porlamar.

    Aquí en Mérida, donde resido desde esa fecha terminé el
    bachillerato, me gradué de ingeniero en la ULA, me
    enamoré, me case con una caraqueña, he tenido dos hijas y
    dos hijos, tres caraqueños y un merideño, una es médico,
    otra odontólogo, un Ingeniero, y el cuarto está terminando
    su carrera en la ULA.

    Aquí le tomé gusto a los valses, al joropo, al pisillo
    de chiguire, a la arepa andina, al Quinteto Contrapunto, a
    Serenata Guayanesa, a la chicha andina, a los pastelitos de
    carne o de queso, a Morella Muñoz, a Simón Díaz, al
    queso ahumado, a Freddy Reyna y a Carlos Reyna, al vals
    Amelia a Chelique y Rosa Teresa, a los aguinaldos, a Alírio
    Díaz, al cuatro que practico desde 1956, y a Fúlgida Luna,
    al papelón con limón, y al pastel de morrocoy, al
    hervido de gallina y a la písca andina, a una puesta de sol en Juan
    Griego o la satisfacción de haber ascendido 6
    veces al Pico Bolivar.

    Conozco el país, desde Guanare hasta Elorza, desde
    Santa Elena de Uairén hasta Manzanillo, desde Tucupita
    hasta San Antonio del Táchira, desde el cabo de San
    Romá hasta Puerto Ayacucho, desde Los Testigos hasta Los
    Roques.

    He navegado el Apure, dormido en Bruzual, desayunado en
    Achaguas y almorzado en San Fernando. Este año cumplo 50
    años en Venezuela, no me acuerdo cuando me hice
    venezolano, pero por mi cedula que empieza por 3 millones
    Ud.. lo puede suponer. Yo sí escogí vivir aquí, yo sí
    escogí mi país y déjeme decirle que lo quiero con toda mi
    alma y por ello deseo fervientemente que este régimen
    termine de la mejor manera posible, para que tengamos una
    vida mejor, sin odios ni venganzas como las que Ud.
    propone.

    Si por oponerme a este régimen Ud. decidiera quitarme la
    nacionalidad, seguro que gracias a la injusticia que impera
    actualmente Ud. podrá quitarme un papel, un pasaporte, mi
    cédula, pero nunca, óigalo bien, nunca me quitará 50
    años de vida. ¿Como me quitará mi infancia, juventud y
    madurez que la viví aquí, como me quitara mi familia, mis
    11 sobrinos venezolanos, mis 6 sobrinos nietos, mis cuñados
    y cuñadas criollos por muchas generaciones, mi gusto por
    una arepa bien resuelta o una cachapa con queso de mano
    preparada en un tarantín a orilla de carretera.

    Nunca me quitará mi pasión por la música venezolana, por
    el cuatro y la guitarra, por Andrés Eloy, Rómulo Gallegos,
    Uslar Pietri o Aquiles Nazoa. Poder visitar la tumba de mi
    padre que nunca regresó. Mi orgullo por las tres
    promociones de ingenieros
    civiles que llevan mi nombre, ni los miles de ingenieros
    que he ayudado a formar a través de 35 años como profesor
    de la ULA.

    No diputada, lo más que hará es quitarme un papel, pero
    jamás, téngalo por seguro, jamás, ni siquiera muerto,
    podrá quitarme mi amor por Venezuela, que si a ver vamos es
    mas mía que suya porque yo he vivido en ella mas que Ud, he
    construido y Ud con su resentimiento y su odio solo aporta
    miseria y destrucción. Y aunque le duela me despido con
    un:

    Su compatriota y lástima que no pueda decir amigo:

    Eduardo Jauregui

    NOTA: UD.
    SERIA CAPAZ DE NARRAR SU HISTORIA DESDE QUE NACIO, A LO
    MEJOR TIENE ANCESTROS EXTRANJEROS.

    SI QUIERES PASALO NO TE PASARA NADA.

    me la enviaron a mi correo personal mi nombre martha helena cardona vargas

  2. Esta carta me llego via email a mi correo personal y yo estoy tambien muy preocupada ya que yo llegue a este hermoso país por mis padres siendo una menor de edad, yo no escogí a venezuela por mi gusto fue la decisión de mis padres, PERO AHORA QUE TENGO MI PROPIA FAMILIA 5 HIJOS PROFESIONALES QUE ESTAMOS SEMBRANDO PARTE DE VENEZUELA SIENTO UNA GRAN TRISTEZA DE VER COMO EL HOY LLAMADO PRESIDENTE DE ESTA BELLA NACIÓN LA ESTA TERMINANDO, LA ESTA ACABANDO, EL SEÑOR ES UN RESENTIDO SOCIAL Y SU PATOTILLA IGUAL NO HAY DE QUE HACER ALGO BUENO YO LOS LICUARIA Y LUEGO LOS ECHARIA A LA POSETA Y BAJARIA LA PALANCA POBRE DE LOS MICRIBIOS. ES MI COMENTARIO PERSONAL!

    Profesor del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería, Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad de Los Andes en Mérida, tremendo orgullo !!!!!!!

    ——————————————————————————–

    DEL PROF. EDUARDO JAUREGUI A IRIS VARELA

    Carta Abierta a la «diputada» Iris Varela

    He visto con asombro su
    propuesta ante la Asamblea Nacional, para quitarle la
    nacionalidad a un grupo de venezolanos nacidos en otras
    tierras y que no están de acuerdo con el régimen actual.

    Pues bien déjeme echarle mi cuento:
    El 19 de agosto de 1954, desembarqué junto con mis
    padres y 6 hermanos del Américo Vespuccio, barco en el cual
    zarpamos 12 días antes desde el puerto de Barcelona,
    España, país donde nací y que conste sin mi permiso ni
    autorización, pues como Ud. debería saber, nadie escoge ni
    el sitio, ni la fecha ni el hogar de su nacimiento . Pero
    sepa que me siento muy orgulloso de mis raíces, de mis antepasados, todos,
    gente honesta, trabajadora, con arraigados principios
    morales y honorables.

    A los dos días de llegar a Venezuela, continuamos el viaje
    hacia la isla de Margarita, donde mi padre había
    conseguido trabajo. En Porlamar, transcurrieron mis años de
    infancia, allí, bajo la dictadura de Pérez Jiménez,
    terminé la primaria y comencé el bachillerato, aprendí a tocar cuatro, a
    comer empanadas de queso y cazón, pastel de chucho,
    carite, arepas y casabe, conocí el Retablo de las Maravillas,
    el béisbol, Conticinio y Dama Antañona, el galerón y la
    geografía e historia de mi nueva patria.

    Conocí un pedacito del país y también supe lo que era
    una dictadura. Para el año 1958, cuando me imagino que
    hablaba con acento margariteño trasladaron a mi padre a la
    ciudad de Mérida, en el viaje venía otro miembro de la
    familia, mi hermano menor nacido en Porlamar.

    Aquí en Mérida, donde resido desde esa fecha terminé el
    bachillerato, me gradué de ingeniero en la ULA, me
    enamoré, me case con una caraqueña, he tenido dos hijas y
    dos hijos, tres caraqueños y un merideño, una es médico,
    otra odontólogo, un Ingeniero, y el cuarto está terminando
    su carrera en la ULA.

    Aquí le tomé gusto a los valses, al joropo, al pisillo
    de chiguire, a la arepa andina, al Quinteto Contrapunto, a
    Serenata Guayanesa, a la chicha andina, a los pastelitos de
    carne o de queso, a Morella Muñoz, a Simón Díaz, al
    queso ahumado, a Freddy Reyna y a Carlos Reyna, al vals
    Amelia a Chelique y Rosa Teresa, a los aguinaldos, a Alírio
    Díaz, al cuatro que practico desde 1956, y a Fúlgida Luna,
    al papelón con limón, y al pastel de morrocoy, al
    hervido de gallina y a la písca andina, a una puesta de sol en Juan
    Griego o la satisfacción de haber ascendido 6
    veces al Pico Bolivar.

    Conozco el país, desde Guanare hasta Elorza, desde
    Santa Elena de Uairén hasta Manzanillo, desde Tucupita
    hasta San Antonio del Táchira, desde el cabo de San
    Romá hasta Puerto Ayacucho, desde Los Testigos hasta Los
    Roques.

    He navegado el Apure, dormido en Bruzual, desayunado en
    Achaguas y almorzado en San Fernando. Este año cumplo 50
    años en Venezuela, no me acuerdo cuando me hice
    venezolano, pero por mi cedula que empieza por 3 millones
    Ud.. lo puede suponer. Yo sí escogí vivir aquí, yo sí
    escogí mi país y déjeme decirle que lo quiero con toda mi
    alma y por ello deseo fervientemente que este régimen
    termine de la mejor manera posible, para que tengamos una
    vida mejor, sin odios ni venganzas como las que Ud.
    propone.

    Si por oponerme a este régimen Ud. decidiera quitarme la
    nacionalidad, seguro que gracias a la injusticia que impera
    actualmente Ud. podrá quitarme un papel, un pasaporte, mi
    cédula, pero nunca, óigalo bien, nunca me quitará 50
    años de vida. ¿Como me quitará mi infancia, juventud y
    madurez que la viví aquí, como me quitara mi familia, mis
    11 sobrinos venezolanos, mis 6 sobrinos nietos, mis cuñados
    y cuñadas criollos por muchas generaciones, mi gusto por
    una arepa bien resuelta o una cachapa con queso de mano
    preparada en un tarantín a orilla de carretera.

    Nunca me quitará mi pasión por la música venezolana, por
    el cuatro y la guitarra, por Andrés Eloy, Rómulo Gallegos,
    Uslar Pietri o Aquiles Nazoa. Poder visitar la tumba de mi
    padre que nunca regresó. Mi orgullo por las tres
    promociones de ingenieros
    civiles que llevan mi nombre, ni los miles de ingenieros
    que he ayudado a formar a través de 35 años como profesor
    de la ULA.

    No diputada, lo más que hará es quitarme un papel, pero
    jamás, téngalo por seguro, jamás, ni siquiera muerto,
    podrá quitarme mi amor por Venezuela, que si a ver vamos es
    mas mía que suya porque yo he vivido en ella mas que Ud, he
    construido y Ud con su resentimiento y su odio solo aporta
    miseria y destrucción. Y aunque le duela me despido con
    un:

    Su compatriota y lástima que no pueda decir amigo:

    Eduardo Jauregui

    NOTA: UD.
    SERIA CAPAZ DE NARRAR SU HISTORIA DESDE QUE NACIO, A LO
    MEJOR TIENE ANCESTROS EXTRANJEROS.

    SI QUIERES PASALO NO TE PASARA NADA.

  3. Trinidad Lopez-Padron dijo:

    Lamento, inmensamente, no poder formar parte de esa audiencia

  4. Doctor Diego Arria: Felicito su trabajo por la democracia y la libertad de los pueblos, su honor y valentía, su amor por Venezuela.

    En mi blog cuelgo desde mañana domingo 26, la invitación al encuentro del 1 de julio. Es una pena no asistir. Lo lamento profundamente.

    Estaré atenta al video para subirlo a mi web.

    Un respetuoso y solidario abrazo.

    Inés de Cuevas

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